Lo dicen los que saben. Según especialistas, «todas las mujeres pueden amamantar y la leche materna siempre es suficiente». Antes de complementar la lactancia con leche de fórmula asegurate de estar tomando suficiente líquido, poniendo a tu bebé a mamar con frecuencia y revisá con una puericultora que su «prendida» sea correcta
Es frecuente escuchar que un recién nacido se va de alta del sanatorio con indicación de mamadera. O que tras el primer control con el pediatra la recomendación es complementar la lactancia materna con leche de fórmula porque el niño no había aumentado lo suficiente de peso.
¿No será mucha presión para la pobre madre que acaba de parir y apenas se acostumbra a la idea de tener que alimentar a un niño pretender que en cinco días produzca la leche suficiente? La biología no es matemática. Cada mujer tiene sus tiempos. Y dicen los que saben que es sólo cuestión de paciencia que la producción de leche se adecue a las necesidades del bebé.
Mi hijo aumentó lo justo y necesario durante su primer mes. Y por suerte su pediatra en ese momento (sí, sí, luego la cambiamos y ya sabrán cómo fue que nunca terminamos de congeniar, pero su confianza en mí esas primeras semanas fue clave para que se instale una lactancia que se prolongó hasta los ¡dos años y dos meses!) insistió en la libre demanda, me recomendó que tome mucha agua y prefirió controlarlo más seguido antes que complementar con mamadera.
Pero un médico que no colabora y una madre preocupada porque su hijo aumente de peso y temerosa de no lograr producir más leche suelen ser un combo que indefectiblemente terminan con la lactancia en unos meses (o semanas).
Además, está bueno que sepas que en sus nuevas curvas de crecimiento la Organización Mundial de la Salud (OMS) definió un patrón de crecimiento de los niños alimentados por leche de madre que es diferente al de los niños alimentados con fórmula y frente a los viejos patrones parece que el niño amamantado crece menos, pero en realidad lo hace de acuerdo a su potencial genético.
Y pese a que la explicación a por qué un niño toma mamadera a poco de nacer suele ser que la madre no tenía leche suficiente, la OMS insiste en su recomendación de salud pública que sugiere que «durante los seis primeros meses de vida los lactantes deberían ser alimentados exclusivamente con leche materna para lograr un crecimiento, un desarrollo y una salud óptimos».
«A partir de ese momento -según el organismo-, a fin de satisfacer sus requisitos nutricionales en evolución, los lactantes deberían recibir alimentos complementarios adecuados e inocuos desde el punto de vista nutricional, sin abandonar la lactancia natural hasta los dos años de edad, o más tarde».
E insiste: «La lactancia natural exclusiva puede practicarse desde el nacimiento, salvo el caso de algunas afecciones médicas, y si se practica sin limitaciones, propicia una abundante producción de leche». He allí el quid de la cuestión. «Si se practica sin limitaciones propicia una abundante producción de leche».
Es que la leche materna se produce «a demanda», de ahí que cuando durante los primeros meses de vida la recomendación médica es ofrecer el pecho al bebé «a libre demanda» es ni más ni menos que eso: ponerlo a mamar cuantas veces quiera, de día y de noche.
Y en ese aspecto el médico pediatra Esteban Carmuega, director del Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (Cesni) opinó: «Son escasas las excepciones que justifican la regla general de que la lactancia materna es completa. La leche de madre es complementada naturalmente alrededor del sexto mes con alimentos, en una progresión que indicará cada médico, y los niños crecen saludablemente sin necesidad de agregado de otra leche».
En la misma línea se expresó María Luz Aguiló, asesora de la Liga de la Leche, quien reforzó la idea de que «en general la leche materna no es insuficiente; si el bebé no aumenta de peso lo suficiente se debe evaluar la técnica de lactancia hablando con la mamá». Para ella, «todas las mamás pueden amamantar y tienen suficiente leche materna para su hijo».
Para Carmuega, «las causas de la caída de la lactancia materna exclusiva dependen de un fenómeno cultural y laboral; no son exclusivas médicas». Madres que deben regresar a su trabajo y no cuentan con lugares para extraerse leche de manera higiénica, falta de legislación que permita una licencia de la madre que garantice la lactancia o bien falta de información, son algunas de las razones que llevan al fracaso de la lactancia.
Lo acepto. Me reconozco una talibana de la lactancia, pero es verdad que hay cuestiones ajenas a nosotras que muchas veces no ayudan. En esos casos, conviene que sepas que «cuando la lactancia, por razones que no suelen ser médicas no puede ser llevada a cabo, no debería incorporarse leche de vaca sino fórmulas apropiadas a cada edad. Existen en el mercado de diferentes marcas diferenciadas por niveles 1, 2 y 3, que marcan el grado de transformación progresivo que tiene el organismo del bebé», recomendó Carmuega.
Para mejorar la producción de leche materna no hay mucho secreto, pero te los cuento
«En general se produce más poniendo al bebé más seguido a mamar. La leche se produce por la demanda», aseguró Aguiló, quien hizo hincapié en ofrecerle el pecho al bebé «ante la primera señal de hambre». «Cuando, aun dormido, notamos que sonríe o mueve los ojitos es momento de levantarlo y ponerlo a mamar», describió la mujer, quien aseguró que «cuando el niño llora o se chupa la mano ya es señal tardía de hambre y significa que la mamá lo pone menos al pecho de lo que necesitaría, y por ende va a producir menos leche que la que ese niño requiere para su correcto crecimiento». Según la experta, los bebés deben mamar entre 15 y 18 veces al día y si en vez de darle chupete se los pone a mamar se produce más leche.
Alicia Mollo es licenciada en Psicología y capacitadora en lactancia (fue la que me dio la charla de lactancia en el curso pre parto y a quien recurrí cada vez que tuve una duda o inconveniente) y me brindó el único secreto para mejorar la producción de leche materna: «poner al bebé a mamar». «Si un niño no aumenta lo suficiente de peso seguramente haya un problema de técnica, no se prende bien, mama con poca frecuencia o la toma no es eficaz. Si hace pausas o se duerme en medio de la toma hay que estimularlo para que siga mamando», aseguró.
Eso en lo que respecta al bebé. «Por su parte, la mamá debe tomar suficiente líquido (preferentemente agua, entre dos y tres litros diarios) y especialmente mientras da el pecho, alimentarse bien, amamantar en un ambiente tranquilo, descansar lo suficiente e intentar evitar situaciones de estrés», recomendó Mollo, para quien es relevante «darle el tiempo al bebé para que ‘vacíe’ la mama antes de pasar al otro pecho». En este último punto, veinte minutos de cada mama y no más de tres horas entre que comenzó a mamar y la siguiente toma suele ser la recomendación general.
«Si se respeta la norma de poner al bebé al pecho dentro d e la primera hora de vida se evitan muchos inconvenientes típicos de la lactancia», insistió.