«La nena no me come»: odisea de una madre con su niña inapetente

nena no come

No recuerdo en qué momento, la comida se volvió un drama con Regina. Papilla no, con tenedor no, con la mano tampoco…y yo al borde del colapso. Qué hacer cuando no quieren comer, qué ofrecerles y cómo, en este post catártico

Nunca creí que me fuera a pasar. Tenía la teoría muy bien aprendida: no hay que obligar a los niños a comer. Ningún chico con comida a disposición se muere de hambre. La hora de la comida no debe volverse una batalla campal.

Ahora, cuando tu hija lleva una, dos ¡tres! comidas, o sea, 24 horas, sin probar más que teta y alguna fruta, la que no entre en crisis que tire la primera piedra.

Dante había tenido un periodo de rebeldía con la comida, pero era más grande y pudimos manejarlo mejor. Esta chiquita, cuando quise hacer el «paso» de papilla a trocitos ¡zaz! Intenté volver a papilla ¡y peor! Fueron unos días de mucho estrés, en los que -admito- la situación me sobrepasó. Creo que el hecho de que los nenes no coman es una de las cosas que peor me predispone.

Intenté darle con tenedor, dejarla que coma sola….nada, nada funcionaba. Se ponía a llorar como si la estuvieran matando y sólo la calmaba la teta. A veces alguito de fruta o yogurt.

Ahí fue cuando disparé un chat desesperado a mi amiga y médica Victoria Cavoti (MN 111.677), una de esas personas lindas que te cruza la vida en este loco mundo de las redes sociales. Ella es patóloga perinatal de la maternidad Ramón Sardá y hace años trabaja en salud materno infantil.

En un niño sano ¿cuáles son los principales motivos de inapetencia? ¿Cuánto tiempo es posible «respetar» su deseo de no comer sin que le haga mal? ¿Qué hacer si sólo quiere un determinado alimento, por ejemplo, fruta? Estuvo casi 24 horas sólo con teta…y ya no tengo el mismo volumen de leche, ¿no tiene hambre? ¿Puede estar molesta por la dentición y que eso le quite el apetito?

Todo eso le pregunté casi de manera compulsiva. Y ella, tan criteriosa como siempre, me respondió:

«Alrededor de los 12 meses, el niño comienza a explorar. Gracias a su desplazamiento camina, recorre, busca cosas nuevas y en algunos casos pierde interés por la comida«, comenzó.

Según ella, «no es que no quieren comer, si no que desean que ese ‘trámite’ (así lo interpretan ellos) sea corto, atractivo, rico y les dé tiempo para seguir explorando y deambulando». Y en ese sentido, me recomendó: «Hay que hacer comidas acordes a la edad, nos olvidamos de las papillas, los alimentos deben ser de fácil manipulación para que coma solo frente a la mirada atenta de su cuidador. Se recomienda que el tiempo para la comida no dure más de media hora, ya que si se prolonga más los niños pierden aún más interés».

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«También debemos pensar en las porciones y en la capacidad gástrica del bebé. El volumen gástrico tiene relación con el tamaño del puño de su mano. Si a un niño se presenta un gran plato de comida o se lo obliga a que coma de la cuchara de su mamá, probablemente no comerá».

Cavoti me explicó que «los niños adquieren mayor autonomía al caminar y se vuelven más selectivos». Así, «si un niño sólo quiere postre no estamos frente a una inapetencia sino frente a selectividad, por lo que se debe hablar con el niño, generar un espacio tranquilo para comer, que la madre, padre o cuidador tengan mucha paciencia y le presenten alimentos ricos, nutritivos y atractivos».

Sobre mis dudas acerca de cuánto tiempo puede pasar sin que la salud de un niño que se niega a comer se debilite, la especialista fue clara: «El niño sano que se encuentra en un percentil de peso y talla acorde a su edad y a su genética, que se encuentra bajo supervisión de un pediatra que lo evalúa de manera periódica, claramente no se desnutrirá por un momento de inapetencia«.

«Cuando el niño se enferma, a veces deja de comer y sólo quiere teta o mamadera y agua al igual que le pasa a los adultos», aseguró, al tiempo que, acerca de las muelas que quieren asomar y le quitan el sueño a mi bebita, dijo: «La dentición, los cambios en la rutina, el ingreso al jardín maternal, las visitas de familiares, las mudanzas, llegadas de hermanitos, etc modifica el patrón de alimentación de muchos niños, independientemente de la edad».

Así que, a llenarse de más paciencia y empezar a responder a las nuevas necesidades de mi chiquita.

¿A ustedes cómo les va con la alimentación complementaria? ¿Alguna más con bebitos en huelga de hambre?

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